He visto cosas que no creeríais. Empresas sin cuenta de resultados. O sin control de ventas mensuales. O sin tener ni la menor idea de cuánto dinero hay en caja (¡esto merece la excomunión!), o cuál es su runway… Empresas con clientes y facturaciones de millones, que ganan dinero, y no saben cuál es su margen de beneficio. O lo que les cuesta producir un servicio, o cuáles son los productos más rentables para ellos. CEOs que no saben leer un balance ni la importancia que tiene.
Ojo, que no hablo solo de empresas recién constituidas y en fase de idea: no no, esto lo he visto también en empresas grandes, de las consideradas fetén por el sector.
He visto incluso cosas más básicas: cero conocimiento de contabilidad, no diferenciar entre una factura y un recibo, no conocer cómo se estructura un salario ni el coste de empresa asociado a una contratación, no saber lo que es el interés compuesto, no saber que la deuda se resta del valor de tu compañía (no amigos, tener un Enisa no suma valor, es al contrario ), no saber el impacto ni el valor del equity que cedes a terceros (gente que cree que para obtener un servicio es mejor regalar un 5% de sus acciones que pagarlo ), no saber lo que es una dilución en una ampliación de capital…
Muchos emprendedores y fundadores de startups cojean en la pata financiera y de contabilidad, es un hecho. Curiosamente, muchos de ellos no lo identifican como algo realmente importante… y sin embargo es un problema mucho más grave de lo que pueda parecer.
Las últimas semanas, tras el lanzamiento de nuestra escuela para emprendedores, he tenido múltiples reuniones con inversores, venture builders, aceleradoras, etc., para recibir feedback sobre Startups Institute, pero también para conocer qué debilidades identifican ellos en los emprendedores, en qué materias necesitan formación, para así poder crear cursos más adaptados a sus necesidades.
Y aunque hay todo tipo de perfiles, la mayoría de charlas han confirmado lo que ya sabía: a los emprendedores les suele faltar mucho conocimiento sobre finanzas y contabilidad. Y eso, que cuando estás creando un producto y no estás facturando no es demasiado importante, se vuelve un problema grave cuando la empresa empieza a crecer.
Es algo que ya había detectado en mi faceta como mentor. Cuando a un mentorizado le pides su P&L y su herramienta de Cash flow, lo primero que hace es darte largas. Al principio, hace años, pensaba que era por un afán de control o de confidencialidad mal entendida (si no confías en tu mentor, mal vamos), pero qué va: lo que les pasa a la mayoría es que les avergüenza reconocer que no tienen ni puta idea de lo que está pasando en su empresa a nivel de números.
Y ojo, que se trata de gente MUY brillante en lo suyo. Pero de finanzas van fatal, así que es algo que no miran, o dejan en manos de terceros.
Es algo lógico, porque la mayoría de founders tienen formación en marketing y ventas, o en tecnología o producto. Es raro, salvo en el sector Fintech, que un financiero puro lance una startup. Y como al principio los números son sencillos, en plan las gallinas que entran por las que salen (siempre salen más que entran jejeje), pues no pasa nada: el foco está en el product Market fit, y en lo relativo a finanzas vale con contratar una gestoría y conseguir pasta para seguir invirtiendo.
Algunos emprendedores creen erróneamente que esa falta de conocimiento no es importante, porque llegado el momento podrán contratar a un CFO, y problema resuelto. Pero no: un CEO debe saber mucho de finanzas, en primer lugar para entender a su CFO y poder tomar las decisiones correctas, pero también porque a partir de la ronda serie A los inversores son cada vez más financieros, y van a querer hablar con el CEO de números, y de forma muy sofisticada. De hecho, suele ser el tema fundamental en los consejos cuando la empresa está escalando. Y si los inversores ven debilidades financieras eso dificultará rondas futuras y minará la confianza en el proyecto por parte de los accionistas.
Cuanto más compleja es la empresa, cuanto más grande es, más habitual es que el perfil de los CEOs sea financiero, y desde luego todos los CEO tienen una fuerte formación financiera (mirad el IBEX, por ejemplo). Yo tengo serias dudas de que perfiles financieros puros deban dirigir compañías (de hecho, me parece un error tremendo salvo que quieras liquidarla), pero sé que tener ese conocimiento es absolutamente clave para gestionar cualquier empresa con un mínimo de garantías.
Por esa razón hemos decidido lanzar en Startups Institute un curso que pretende, si no convertir a los emprendedores en CFOs, sí al menos darles el conocimiento y las herramientas básicas para moverse en ese terreno, evitar los errores más graves, y tener así el verdadero control de sus empresas y de su futuro.
El curso dura 25 horas, se llama “Finanzas para emprendedores”, y su primera edición dará comienzo en mayo. Podéis encontrar toda la información y aplicar para el curso aquí.