Vamos con la gran pregunta que muchos os haréis desde que empezamos con esta serie de artículos: ¿cómo demonios pago la compra de una empresa si no tengo un euro? Porque está muy bien hablar de la oportunidad del relevo generacional en las empresas en abstracto, pero si quiero comprar una empresa convencional tengo que poder pagarla, y no me la van a regalar.
Por suerte está todo inventado. En primer lugar está el modelo más obvio, que sería que el emprendedor que compra la empresa pague de su bolsillo la operación con algo de cash y con deuda. Aunque no tiene por qué hacerlo solo. Las opciones más lógicas serían:
- Buscar socios para el proyecto, de forma que la oferta de compra la haga un equipo, en lugar de un emprendedor en solitario. De este modo, la inversión a realizar se divide entre varios, y además te garantizas contar con un equipo de primer nivel y muy motivado al ser socios de la empresa adquirida.
- Conseguir financiación bancaria. Así como en las startups conseguir dinero de un banco es misión imposible, en el caso de empresas convencionales con Ebitda positivo es posible (especialmente si no hay deuda, o si la deuda es pequeña) negociar buenas condiciones. No te van a dar el préstamo completo, pero sí pueden aportar una buena parte de la financiación necesaria para la compra, con la propia empresa y sus activos como garantía del préstamo.
- Se puede reducir el coste de la operación a corto plazo negociando un buen earn out para el empresario que vende, en base a unos objetivos. Esto es algo muy inteligente que siempre habría que hacer, porque no solo te facilita la financiación que necesitas a corto plazo, si no que ademas involucras al vendedor en el éxito futuro, haciendo que la transición sea mucho más fácil.
- También se pueden buscar ayudas públicas y subvenciones. De todos los tipos de financiación hablamos en nuestro Curso de Estrategia Financiera y Fundraising.
Y, finalmente, se pueden buscar socios financieros externos que pongan dinero en la operación a cambio de equity. Es decir, buscar inversores que financien la jugada, y aquí es donde surge la figura del “search fund”.
Qué es un «search fund»
Un Search Fund es vehículo de inversión que permite a un emprendedor buscar y comprar una empresa ya establecida para gestionarla y hacerla crecer. Normalmente hablamos de emprendedores de prestigio y con un buen track récord a sus espaldas, que deciden buscar una empresa para comprar y escalarla, en lugar de montar algo desde cero. Y antes de hacerlo, buscan a inversores a los que convencen para aportar dinero en la operación: se crea un equipo potente, se define el tipo de empresa (tamaño, sector…) que se quiere comprar y la estrategia a seguir una vez comprada, y una vez comprometidos los inversores, empieza la búsqueda (de ahí el nombre de “search fund”).
De este modo el emprendedor sabe que si encuentra la empresa deseada, podrá contar con el capital necesario para la operación, y también para posibles inversiones posteriores.
Pero ojo porque “search funds” los hay de dos tipos. Están los que hemos definido, que son creados por un emprendedor y su equipo, y luego están los fondos de inversión search fund, que industrializan el proceso.
Este tipo de “search fund” es un fondo de inversión o, para ser más precisos, una especie de private equity pero a pequeña escala. Un private equity compra e invierte en grandes empresas para eficientarlas, hacerlas crecer rápido incrementando los márgenes, y después venderlas a un tercero llevándose un jugoso beneficio.
Parte del juego del private equity consiste también en hacerse con varias empresas del mismo sector y unirlas bajo un mismo grupo empresarial para, al menos en teoría, compartir sinergias y ayudarse mutuamente para ser más competitivas y aumentar el margen de beneficio.
Pues un search fund hace algo parecido, pero con empresas de tamaño pequeño y medio, y casi siempre para buscar la salida de los fundadores, en muchos casos en situación de relevo generacional. Este modelo se inventó en los años 80 en EEUU, pero el primero en darse cuenta del recorrido que esto podía tener en España ahora fue el gran Luis Martín Cabiedes, que en 2018 lanzó uno de los primeros “Search fund” del país, dejando prácticamente de invertir en startups para centrarse en empresas más convencionales que podrían suponer una oportunidad.
Muchos siguieron su camino impulsados por la evidente necesidad de relevo generacional en las empresas de la que vengo hablando en esta serie, solo en 2019 se levantaron más de 50 de estos fondos en España.
Al final se trata de “industrializar” la búsqueda de este tipo de compañías, así como tener un “playbook” de cómo eficientarlas. Estos fondos buscan emprendedores con experiencia a los que fichan para sus proyectos. Así, todo el mundo gana.
Con un equipo central potente, que identifique rápidamente oportunidades de crecimiento rápido, y que sepa implementar tecnología y digitalización, no es difícil hacer crecer a este tipo de empresas para luego, una vez alcanzado un tamaño relevante, venderlas.
Y es que, como dice Peter Thiel, es mucho más fácil llevar una empresa de 1 a N, que intentar crear algo disruptivo y llevarlo 0 a 1.
Próximamente hablaremos de cómo valorar estas empresas, y también de cómo gestionar correctamente la adquisición, porque en este tipo de empresas es fácil meter la pata.
Mientras tanto, puedes leer aquí las primeras entregas de la serie:





