Mañana, 16 de noviembre, hará un año que firmé ante notario la constitución de Startups Institute. Y tocaba hacer evaluación, una retrospectiva de lo ocurrido para analizar puntos de mejora y aprender.
Menudo primer año, amiguis… Tras muchos meses de preparativos y trámites, el lanzamiento oficial de la escuela se hizo el 10 de enero, y desde entonces ha pasado de todo: fracasos, éxitos, ataques de haters, apoyo de fans, entradas y salidas de personas… También mucha inversión en dinero y trabajo (luego daré números) para llegar a donde estamos: con una escuela y una marca consolidadas, con un equipo comprometido, un Consejo Académico y un claustro increíbles, y en break even financiero y con un crecimiento firme y seguro.
Pero vamos paso a paso… Los inicios fueron complicados, como corresponde a una empresa nueva que ofrece un producto o servicio innovador. Porque como bien sabemos los que nos dedicamos a emprender y a innovar, una cosa es la teoría y otra la práctica. Pocas hipótesis resisten el contacto con el mercado, y este caso no iba a ser una excepción, así que ha habido que trabajar muy duro hasta adaptarse a lo que el mercado realmente demandaba.
Sin duda acertamos con que había un problema y una necesidad de una escuela como ésta, pero fallamos inicialmente en el planteamiento del producto. Lanzamos un máster demasiado ambicioso (y por tanto caro) y algunos programas que no supimos comunicar ni vender, y eso nos lastró mucho la primera parte del año. Tuvimos que cancelar algunos programas y retrasar y finalmente cambiar por completo nuestro buque insignia, el máster de creación y dirección de startups. Eso sí, nos mantuvimos firmes en nuestra misión y nuestros valores.
Sí acertamos con el curso de Finanzas para emprendedores, que impartimos en mayo, y que nos sirvió para validar lo más importante: nuestra metodología funcionaba, y el feedback de los alumnos fue impresionante. Éramos capaces de dar cursos que cambiaban vidas, que ayudaban a los alumnos a emprender mejor y a ser mejores profesionales. Había que seguir.
Nuestro problema estaba en la captación de alumnos. Nos costaba mucho, demasiado, incluso para una escuela de nueva creación. También es cierto que tuvimos que afrontar los ataques e intentos de desestabilización de un hater, que se dedicó a intentar hundirnos de muy distintas formas. Desde comprar publicidad en Google cuando alguien buscaba nuestra marca, hasta presionar y manipular a miembros de nuestro Consejo Académico y de nuestro claustro, pasando por hablar mal de nosotros al ecosistema. Todas ellas cosas que hablan más la personalidad del que se dedica a destruir por puro narcisismo que de nosotros, que jamás hemos dado respuesta ni la daremos. Don’t feed the troll y seguir con nuestra misión sumando fuerzas con quien comparte nuestros valores, this is the way. 😉
Tras nuestro lanzamiento, hubo quien pensó que si un grupo de emprendedores tan potente se lanzaba a montar una escuela como ésta, enseñar a emprendedores podría ser un gran negocio. Craso error. 🤣
Obviamente, no habían entendido que nuestro objetivo no era hacernos ricos con esto, pero el caso es que surgió mucha competencia oportunista que copiaba nuestros cursos y mensajes generando mucho ruido, y que en algunos casos hacía guerra sucia en la comercialización. Lo que no copiaban, claro, era nuestro método ni nuestro claustro, pero eso para los potenciales alumnos es difícil de evaluar, y no teníamos muchos testimonios todavía. Por lo que sé, esos proyectos oportunistas o han abandonado el camino, o han pivotado hacia terrenos más fértiles. Y es que enseñar a emprender es precioso y enriquecedor para el alma, pero no para el bolsillo. Rentabilizar una escuela como ésta es complicado, muy complicado.
A primeros de septiembre, viendo que la cosa no tiraba, hicimos muchos cambios: en producto, en el equipo, en el enfoque, en procesos y hasta en el Consejo Académico… y la cosa empezó a funcionar. Desde entonces, con algún bache que otro, el crecimiento ha sido constante, y parece consolidado y firme.
Hemos impartido con éxito la primera edición del Curso de CTOs y Dirección de Tecnología, estamos impartiendo la 2ª edición del Curso de Finanzas para emprendedores, lanzamos el Curso de Emprendimiento Pasivo y Low Cost con una alta demanda, y nuestro Máster de Creación y Dirección de Startups está ya confirmado al 100% para enero con un grupo increíble de alumnos que lo van a petar (aún quedan plazas). También hicimos nuestro primer evento presencial, el Startups Institute Unplugged, que fue realmente inspirador para profesores y alumnos.
En el apartado B2B desarrollamos en septiembre un programa a medida para el CEIN en Navarra, y en enero empezaremos una colaboración con una muy prestigiosa escuela de negocios que confía en nosotros para sus sesiones de emprendimiento. Aunque en este área hay mucho por crecer, no es nuestra prioridad, y la verdad es que solo trabajamos de forma reactiva cuando nos lo piden.
Finalmente, este mes hemos alcanzado el break even, tras semanas con records de facturación, y puedo decir con una enorme alegría que vamos a terminar nuestro primer año en positivo, algo que muy pocas empresas consiguen. Supongo que la experiencia es un grado, y si nos dedicamos a enseñar cómo emprender, el éxito era casi una obligación. 😉
Veamos algunos números: la inversión realizada hasta ahora entre dinero y aportaciones de tiempo no remuneradas ronda los 250.000 euros. Hemos superado los 750 candidatos a alumnos en 10 meses, de los cuales algo menos de 100 se han convertido finalmente en alumnos. En este tiempo hemos impartido 4 cursos, con un NPS de 75 y un grado de satisfacción medio del 8,9 sobre 10, lo que es impresionante para primeras ediciones. Somos 4 empleados fijos por el momento, y tenemos más de 35 profesores y mentores en nuestro claustro, todos ellos emprendedores con mucha experiencia. Para un primer año, cero que no está nada mal.
Y ahora toca mirar al futuro con ilusión. Porque solo hay que mirar lo que dicen nuestros alumnos para saber que este proyecto es importante, y merece la pena todos los esfuerzos. Seguimos. Vamos a por el segundo año.