En el ecosistema startup hay parásitos y depredadores cuyo propósito es sangrar a los emprendedores, vivir de ellos, de su dinero, su esfuerzo y su talento. Hoy lanzamos una serie con la que pretendemos desenmascararlos, y dar herramientas para poder evitarlos, porque son auténticas trampas para emprendedores, espacios disfrazados de entornos seguros que esconden a los peores depredadores. Toman distintas formas, pero siempre van envueltas de promesas vacías.
Empezamos la serie con un bichito resistente y tozudo, que va tomando distintas formas y adaptándose al entorno y a los tiempos. Me refiero a las malas incubadoras de startups.
Hay incubadoras fantásticas, orientadas de verdad a ayudar. Pero son las menos, y las pocas buenas que hay tienen tanta demanda que dejan fuera a muchos emprendedores… y ahí es dónde las malas incubadoras encuentran su caldo de cultivo.
Buscan a emprendedores jóvenes y sin experiencia, gente con ideas y ganas, pero poco network y escaso colmillo. Normalmente son muy impresionables y se dejan llevar por un buen vendedor, una buena percha, y una buena historia de éxito en redes sociales.
El modelo es sencillo: capto a muchos emprendedores, los pongo a trabajar sin ver un euro, y si alguno destaca me quedo con un buen pedazo de las acciones de su startup; luego busco a algún inversor de medio pelo que les ponga unos miles para fijar una valoración alta, inflo con comunicación el proyecto, y busco algún otro incauto que me compre la participación a precio de oro antes de que todo se desinfle.
En paralelo, levanto dinero para la incubadora en base a las supuestas valoraciones de las startups que tengo en “cartera”.
Hay variaciones, claro. Los hay que cobran un alquiler por espacio de co-working, otros se quedan un % de la inversión conseguida por la startup en concepto de “servicios”…
Servicios que, por otro lado, son muy escasos: el equipo de la incubadora son chavales sin experiencia que trabajan por equity y un sueldo misérrimo, y con suerte algunos mentores de 3ª que no cobran por su trabajo y están ahí para hacer CV y aprender. La supuesta “formación” son charlas de algún colega o emprendedores de la zona necesitados de vender sus servicios, y las técnicas que “enseñan” los supuestos expertos las han aprendido leyendo resúmenes de libros de emprendimiento de chatGPT.
Ayer me hablaron de uno de estos bichos en el sur. Si firmas con ellos, se quedan con, alucina, un 15% de la empresa + no se diluyen en la primera ronda + 10% del dinero que levantes tanto de inversores como de subvenciones. Menudos COJONAZOS, con perdón.
¿Cómo evitarlos? Consulta el historial de éxito, pregunta a gente que haya pasado por allí, consulta al ecosistema… los emprendedores siempre respondemos a preguntas directas pidiendo referencias. Y nunca des más de un 5% de equity a cambio de incubación. De hecho, si no das equity mejor, siempre hay alternativas.